Ballenas, los Bosques del Océano.

Encontré un estudio interesantísimo: dice que las ballenas son como los árboles, pero del océano. Sí, leyeron bien. Resulta que un estudio de la Universidad de Maine reveló que la caza de ballenas llevada a cabo durante un siglo podría haber liberado más de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera, el equivalente a la cantidad de CO2 acumulada en un bosque grande.
La cuestión casual que menciono es porque, como ya deben saber, este lugar en donde estoy recibe cada año miles de ejemplares de ballena franca austral que llegan a estas costas para aparearse. Incluso son el atractivo principal perseguido por los turistas.
Es que las ballenas almacenan dióxido de carbono dentro de sus cuerpos y cuando las matan liberan gran parte de este CO2, informaron investigadores estadounidenses durante un encuentro sobre océanos realizado en ese país. El doctor Andrew Pershing, de la Universidad de Maine, describió a estos cetáceos como los “bosques de los océanos“.
Ahora se sabe que este recurso no sólo favorece el ecoturismo sino a la vida y al equilibrio del ecosistema. Sería bueno que las autoridades locales trabajaran para la preservación de los cetáceos y que se diseñe una buena política para la eliminación de la amenaza del alga undaria (un alga exótica que no tiene predador en estas playas) y que no sólo afecta a estos mamíferos gigantes sino también a buena parte de la flora y fauna marina.

FUENTE: lanacion.com/blog
http://blogs.lanacion.com.ar/ecologico/el-ambiente-en-general/las-ballenas-los-arboles-del-oceano/
La caza de ballenas llevada a cabo durante un siglo podría haber liberado más de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera -el equivalente a la cantidad de CO2 acumulada en un bosque grande- afirma un equipo de científicos.

Las ballenas almacenan dióxido de carbono dentro de sus cuerpos y cuando las matan liberan gran parte de este CO2, informaron investigadores estadounidenses durante un encuentro sobre océanos realizado en ese país.
El doctor Andrew Pershing, de la Universidad de Maine, describió a estos cetáceos como los "bosques de los océanos".
Pershing y sus colegas del Instituto de Investigación del Golfo de Maine calcularon la capacidad de almacenamiento de CO2 de las ballenas durante su desarrollo.

"Las ballenas, al igual que cualquier animal o planta del planeta, están hechas de mucho carbono", dijo el experto.
Este sistema marino es único porque cuando las ballenas mueren naturalmente, sus cuerpos se hunden. Así, se llevan el dióxido de carbono directamente al fondo del mar
Andrew Pershing, Universidad de Maine
"Y cuando las matas y las sacas del océano, estás eliminando dióxido de carbono de su sistema de almacenamiento y, posiblemente, liberándolo en la atmósfera".
Por otra parte, añadió Pershing, en los primeros años de la caza de ballenas el aceite obtenido del animal se utilizaba en las lámparas. De este modo, al quemarlo, se liberaba CO2 directamente en la atmósfera.
"Este sistema marino es único, porque cuando las ballenas mueren naturalmente, sus cuerpos se hunden. Así, se llevan el dióxido de carbono directamente al fondo del mar", explicó el científico.
"Si mueren en un lugar profundo, el CO2 quedará almacenado probablemente por cientos de años".
Árboles del océano

El CO2 que acumulan las ballenas puede permanecer bajo el océano por cientos de años.

En principio, los científicos calcularon que 100 años de caza liberaron una cantidad de CO2 equivalente a la quema de 130.000 kilómetros cuadrados de bosque templado.
Pershing enfatizó que este volumen es relativamente pequeño si se lo compara con los miles de millones de toneladas de CO2 que los seres humanos producen al año.
Sin embargo, dejó en claro que las ballenas juegan un rol importante en almacenar y transportar dióxido de carbono en el ecosistema marino.
Con sólo dejar crecer a grupos grandes de ballenas, se pueden capturar gases con efecto invernadero en la misma medida que se proponen los esquemas de reforestación que acumulan y venden créditos de carbono.
Andrew Pershing, Universidad de Maine
Un sistema similar podría emplearse con las ballenas para proteger y aumentar su población, indicó el científico.
"La idea sería hacer un recuento de cuánto CO2 puede acumular un grupo de peces o ballenas y permitirles a los países vender su cuota como un crédito de carbono", explicó Pershing.
"Estos créditos se pueden utilizar como un incentivo para reducir la presión sobre la pesca o para promover la conservación de algunas de estas especies".
Una obviedad
Otros científicos consideran que el análisis de Pershing plantea un problema interesante.
Daniel Costa, investigador de animales marinos de la Universidad de California, en Estados Unidos, le dijo a la BBC: "Son muchos los expertos que están investigando la importancia de estos grandes animales en el ciclo de carbono".
"Y es uno de esos temas que cuando lo miras, piensas: 'Es tan obvio, ¿cómo no se nos ocurrió antes?'"
FUENTE: BBC Ciencia
http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2010/03/100301_ballenas_co2_lp.shtml
Un estudio revela que la caza de ballenas contribuyó al calentamiento del planeta

Activistas de Greenpeace tratando de impedir la caza de ballenas.

Las matanzas de ballenas a lo largo de la historia han contribuido al calentamiento global del planeta y a la reducción del hielo en los casquetes polares, según un estudio realizado por el científico de origen indio Víctor Smetacek. Este experto, miembro del instituto alemán de investigación Polar Alfred Wegener, sostiene que la drástica reducción de las poblaciones de estos grandes cetáceos alteró el ecosistema marino y disminuyó la capacidad del océano para la absorción del dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, lo que contribuyó al aumento de la temperatura global.
Durante unas jornadas sobre el calentamiento global organizadas por la fundación BBVA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Smetacek señaló que la situación podría mejorar "fertilizando" el océano con hierro y aumentando su capacidad de captura de C02.
El científico explicó que la disminución de krill -crustáceo del que se alimentan las ballenas y otras especies- en el Antártico se debe tanto al calentamiento global como a la disminución de la población de ballenas azules. Una población que a lo largo del siglo XX pasó de 300.000 a 700 ejemplares, y que, cuando estaba intacta, suponía una biomasa de 40 millones de toneladas, la misma que mil millones de seres humanos.
Los grandes cetáceos consumían 150 millones de toneladas de krill y reciclaban el hierro, manteniendo niveles de producción biológica mucho más elevados que los actuales y fertilizando el medio marino. "Y un océano fertilizado reduce el CO2 en la atmósfera", dijo Smetacek.
Al desaparecer las ballenas, el océano ve reducida su capacidad de secuestrar C02 "enlazando así los efectos de la caza excesiva de ballenas con la progresión del calentamiento global. Hoy el plancton oceánico es anémico, tiene falta de hierro", precisó el investigador, que está convencido de que "si se añadiera hierro al océano se recuperaría la población de ballenas y se contribuiría a reducir el calentamiento".

FUENTE: http://www.webislam.com/?idt=5958
Ballenas, “bosques” del Océano

La caza de ballenas llevada a cabo durante un siglo podría haber liberado más de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera --el equivalente a la cantidad de CO2 acumulada en un bosque grande-- afirma un equipo de científicos.
Las ballenas almacenan dióxido de carbono dentro de sus cuerpos, y cuando las matan liberan gran parte de este CO2, explicó el doctor Andrew Pershing, de la Universidad de Maine. Este investigador describió a estos cetáceos como los “bosques de los océanos”, ya que junto a sus colegas del Instituto de Investigación del Golfo de Maine, calcularon la capacidad de almacenamiento de CO2 de las ballenas durante su desarrollo. Las ballenas, al igual que cualquier animal o planta del planeta, están hechas de mucho carbono, dijo el experto.

Agregó que cuando las matan y sacan del Océano, se está eliminando dióxido de carbono de su sistema de almacenamiento y, posiblemente, liberándolo en la atmósfera.
“Este sistema marino es único, porque cuando las ballenas mueren naturalmente, sus cuerpos se hunden. Así, se llevan el dióxido de carbono directamente al fondo del mar. Si mueren en un lugar profundo, el CO2 quedará almacenado probablemente por cientos de años”, explicó el científico.
FUENTE: http://www-ni.elnuevodiario.com.ni/2010/03/14/especiales/120309
Excremento de ballena para combatir el calentamiento

El excremento de ballena fertiliza los océanos, estimulando el crecimiento de las algas que absorben CO2 de la atmósfera.

La Comisión Ballenera Internacional se reúne en junio para discutir una propuesta que tiene como fin regular la caza de ballenas en los próximos diez años.
Para quienes se oponen a la captura y comercialización de estos cetáceos, el estudio publicado en estos días por investigadores de la División Antártica Australiana no podría llegar en un mejor momento: sus conclusiones aportan no uno sino varios argumentos de por qué resulta crucial salvar a estos gigantes marinos.
Según los investigadores, el excremento de las ballenas puede contribuir en la lucha contra el cambio climático ya que actúa como fertilizante de las aguas oceánicas, mejorando su capacidad de absorber dióxido de carbono.
La hipótesis de que las ballenas excretan el hierro que consumen del krill (un crustáceo planctónico -semejante al camarón- que constituye su principal alimento) había sido sugerida años atrás, pero, hasta el momento, nadie la había puesto a prueba.
"Lo que nosotros hicimos fue analizar un número de muestras de heces y descubrimos que, en efecto, tenían una gran concentración de hierro", le dijo a BBC Mundo Steve Nicol, uno de los coautores del estudio.
Este hallazgo no sorprendió a los investigadores, estaban seguros de hallar hierro en los excrementos de ballena. Pero lo que sí los dejó atónitos, explicó Andrew Bowie, otro de los científicos que participó en la investigación, fue el alto grado de concentración: 10 millones de veces más que en las aguas antárticas.
De alimento para ballenas a alimento para algas
"La función de las ballenas es transformar el hierro que contiene el krill en excremento, que, como es una suerte de líquido, puede ser fácilmente absorbido por las algas, que son las encargadas de absorber el CO2 del océano", explicó el investigador.
La cantidad de hierro que liberan -y que estimula el rápido crecimiento de las algas- es elevada porque estos cetáceos no lo necesitan en grandes proporciones. Es fundamental para el desarrollo de sus músculos, pero la mayor parte de su vida, "las ballenas están acumulando grasas".
Si bien la investigación pone de manifiesto el rol de los grandes mamíferos marinos en el control de la producción de algas, y por tanto, su influencia en el cambio climático, los expertos dejaron en claro que su contribución es limitada y aún no se tiene información precisa sobre cuánto CO2 realmente absorben.
Productividad

Más allá de su aporte en la lucha contra el calentamiento global, los científicos hallaron otra razón por la cual es importante mantener la población de ballenas.
Una vieja teoría, comenta Nicol, sostenía que si se eliminaban a los grandes mamíferos del océano, aumentaba la producción del ecosistema marino.
"Se pensaba que si no había ballenas que se comiesen el krill, estos crustáceos podrían servir para alimentar a otros animales como pingüinos o focas".
"En realidad nuestro estudio demuestra lo contrario: que si dejamos a estos animales dentro del ecosistema, se mantiene su productividad", le dijo Nicol a BBC Mundo.
"Y un sistema completo, intacto, es mucho más productivo que uno al que le quitas una capa. Un ecosistema sano producirá más peces y absorberá más CO2", concluyó el experto.
FUENTE: http://noticias.latino.msn.com/tecnologia/articulos_bbc.aspx?cp-documentid=24078918

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