Tragedia ambiental en Estados Unidos

nota central

Hace 10 días una plataforma petrolera se incendiaba en la costa estadounidense del Golfo de México. Lo que comenzó como un accidente más, acabó siendo una de las catástrofes ambientales más preocupantes de la historia estadounidense. El fuego hundió a la plataforma y del pozo explorado comenzaron a brotar miles de litros de petróleo cada día. La mancha crece minuto a minuto y ya tocó las costas de Luisiana. El fin de semana llegará a Misisipi y Alabama y probablemente el lunes alcance a Florida. Obama ya decretó la emergencia y las cuadrillas luchan por contener la contaminación que no solo amenaza a la flora y fauna del lugar, sino a todas las actividades comerciales y turísticas de la costa este del país.

La enorme ola de petróleo creada por un derrame en el Golfo de México se aproxima a las zonas pantanosas de Luisiana, en tanto la Casa Blanca puso un alto a todos los proyectos petroleros mar adentro hasta conocer las causas del desastre de la plataforma que causó el derrame.
En Washington, el presidente Barack Obama intentó llevar un poco de tranquilidad a los habitantes de la costa del golfo, señalando que el gobierno está "plenamente preparado" para cumplir con sus responsabilidades.
Tras señalar que la petrolera British Petroleum es responsable de la crisis, Obama aseguró, desde el rosedal de la Casa Blanca, que ordenó al secretario de Interior, Ken Salazar, que le presente un informe en 30 días sobre las salvaguardas necesarias para evitar futuros derrames.
Cuadrillas en botes vigilaban los pantanos busca de zonas donde haya llegado la mancha de petróleo, informó la Guardia Costera.
El estado de Luisiana desvió miles de litros de agua pura del río Misisipí para tratar de enjuagar los pantanos, aunque esta medida se veía limitada por los fuertes vientos.
La Guardia Nacional de Luisiana se preparaba para enviar equipo de comunicación, botes y vehículos todo-terreno para asistir a los socorristas.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que el domingo habrá viento, marea alta y olas que podrían internar al petróleo aún más en las ensenadas, estanques y lagos del sureste de Luisiana. Las olas de unos dos metros llevaban el agua varios centímetros por encima de lo normal hacia la costa agitada por varias tormentas.
Mientras tanto, el Pentágono aprobó el uso de dos aviones de la Fuerza Aérea para verter químicos sobre la mancha de petróleo, una medida que ya han realizado varios aviones civiles.
La operación de rescate de animales en Fort Jackson, a unas 70 millas al sureste de Nueva Orleáns, recibió a su primer paciente: un alcatraz que fue hallado en el mar.
El ave generalmente es de color blanco, con plumas amarillas en la cabeza, y un pico largo y puntiagudo, pero estaba cubierto de una capa negra. Un grupo de colaboradores del grupo Bird Rescue and Research utilizaba jabón para poder limpiar al animal.
Los voluntarios comenzaban a llegar a Venice, Luisiana, aunque no había mucho trabajo para ellos porque el clima era demasiado malo.
Unos 24 trabajadores con trajes especiales y cascos continuaban a la espera en la costa, algunos entreteniéndose comiendo semillas de girasol y otros fumando cigarrillos.
Las olas podrían arrastrar las vallas flotantes colocadas en las orillas para detener el petróleo, dijo Tom McKenzie, vocero del Servicio de Pesca y Fauna, que espera que las vallas impidan que el petróleo llegue a las islas Chandeleur, que forman parte de un refugio ecológico nacional.
"Lo que debemos saber es si podrán sostenerse ante cualquier tipo de clima adverso", agregó McKenzie. "Y si el petróleo está ahí, ¿superará las barreras aunque estén bien colocadas?", se preguntó el funcionario.
El derrame causado por la explosión de un pozo a 1,6 kilómetros de profundidad es cinco veces más grave de lo que se había pensado. Algunas vetas de agua aceitosa comenzaron a llegar al delta del río Misisipi por la noche y tocaban la costa de Luisiana en líneas delgadas. La mancha más grande se encontraba todavía lejos. Las autoridades aseguran que harán todo lo posible para mantener el tráfico naviero en el Misisipí.

LA MANCHA VORAZ
Cade Thomas, un guía de pesca en Venice, teme que su forma de sustento esté en peligro y no sabe si culpar a la Guardia Costera, al gobierno federal o a la petrolera BP PLC. "Nos mintieron. Vinieron y dijeron que se derramaban 1.000 barriles cuando creo que sabían que era más. Y no actuaron", dijo. "Ni bien explotó, deberían haber comenzado a rodearlo con vallas".
La Guardia Costera colabora con BP, la petrolera que operaba la plataforma de prospección que explotó y se hundió la semana pasada. Los trabajos incluyen la utilización de vallas flotantes, recolectores de crudo, solventes e incendios controlados contra el derrame.
Según funcionarios del gobierno, unos 5.000 barriles de petróleo por día brotan del fondo del mar desde que la plataforma Deepwater Horizon se hundió a unos 65 kilómetros de la costa. Once trabajadores desaparecieron y ya se los considera muertos.
A medida que la situación se vuelve cada vez más crítica, la empresa BP le pidió asistencia al gobierno estadounidense para estudiar el derrame.
Doug Suttles, director gerente de BP Exploración y Producción, filial de British Petroleum, dijo en una conferencia de prensa que la compañía preguntó al departamento de Defensa si tiene equipos submarinos mejores que los de uso comercial, incluídos vehículos de operación remota y sistemas de transmisión de imágenes.
Si el pozo no puede ser cegado en poco tiempo, casi 100.000 barriles de crudo, unos 4,2 millones de barriles, podrían contaminar las aguas del golfo antes que los equipos de emergencia puedan perforar un pozo de alivio para descomprimir la presión.
El derrame hizo recordar a muchos la tragedia del barco Exxon Valdéz, que causó el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, volcando 11 millones de galones en la bahía Prince William de Alaska en 1989 (Ver recuadro). Hoy el desastre podría ser mucho mayor que el de 1989, porque el derrame es directo desde un pozo.
EMPETROLADOS
En Empire, Luisiana, el pescador de ostras Mitch Jurisich puede oler el crudo más allá del agua turbia horas antes de su llegada a la costa. "Ahí es cuando te das cuenta de que está cerca y de repente ves que es real", dijo Jurisich, que pasó las últimas horas recogiendo ostras hasta llenar más de 100 bolsas de tela. También se detuvo a comer algunas, ya que podría ser su última oportunidad de disfrutarlas antes de que el crudo las contamine.
El director de BP, había rechazado el primer cálculo del gobierno del alcance del derrame, pero el jueves reconoció en el programa "Today" del canal NBC que la pérdida podría ser tan grave como dicen los funcionarios. Agregó que no hay manera de medir el flujo de la fuga en el lecho marino y que los cálculos se tendrán que basar en la cantidad que llegue a la superficie.
Las cuadrillas no pudieron activar un sistema de cierre que habría frenado el brote de petróleo desde el fondo, a 1.500 metros de profundidad. Sin embargo ya lograron recuperar del agua unos 18.000 barriles de agua con petróleo y ya arrojaron cerca de 100.000 litros de dispersante, un líquido que “rompe” el petróleo y permite que se lo recoja con mayor facilidad.

Mares negros

El derrame provocado en 1989 por el barco Exxon Valdez en la costa de Alaska es considerado el peor desastre de este tipo en la historia reciente de EE.UU. - AP

El derrame provocado en 1989 por el barco Exxon Valdez en la costa de Alaska es considerado el peor desastre de este tipo en la historia reciente de EE.UU. - AP

El desastre ecológico en el Golfo de México nos recuerda las catástrofes que el hombre puede provocar cuando se le va de las manos el control sobre la explotación o transporte de crudo.
En Estados Unidos la prensa dice que el derrame será peor que el ocurrido el 24 de marzo de 1989, cuando el buque norteamericano "Exxon Valdez" chocó contra un arrecife, en el estuario de Prince William Sound (Alaska), y vertió al agua 42.000 toneladas de petróleo, causando una marea negra de 6.000 kilómetros cuadrados y el mayor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos. En ese entonces se emplearon diversos esfuerzos para la limpieza de esta marea negra y su impacto llevó a la aprobación de nuevas leyes ambientales.
Hay otras recordadas catástrofes mundiales ocurridas por derrame de petróleo. Las que quedaron en la conciencia colectiva son tal vez las que más costó limpiar o las que mayor daño causaron.
El 3 de junio de 1979 el buque mexicano "Ixtoc One" se rompió en la bahía de Campeche y vertió al mar 420.000 toneladas de crudo. La enorme marea negra afectó durante más de un año 1.600 kilómetros cuadrados de costas.
Hace 11 años, el buque alemán Sea Paraná y el buque tanque de la petrolera Shell, Estrella Pampeana, chocaron en el Río de la Plata, Argentina, provocando el mayor derrame de petróleo en aguas dulces en todo el mundo. Cinco días después, 16 kilómetros de ribera terminaron empapados de crudo. El accidente derramó 5.400 metros cúbicos de crudo sobre las costas del partido bonaerense de Magdalena. En ese entonces, los vecinos denunciaron que el petróleo derramado envenenó las aguas, provocando terribles enfermedades y la pérdida de fuentes de trabajo. Murieron miles de animales y se contaminó en forma indiscriminada toda forma de vida del lugar. A pesar de que en el año 2002 el municipio de Magdalena presentó una demanda por unos 35 millones de dólares contra Shell por el daño ambiental ocasionado, la empresa ofreció un pago de 9.5 millones de dólares a cambio del cierre de la causa.
Recientemente, a principios de mes, un barco que transportaba carbón y que se desvió de su camino antes de encallar en aguas protegidas chocó y derramó petróleo en la Gran Barrera de Arrecifes de Australia. Las autoridades temían que el derrame de petróleo causara daños ambientales al mayor arrecife coralino del mundo. Los ambientalistas se mostraron indignados ante el paso de grandes cargueros por esta zona sin un capitán que tuviera amplio conocimiento de las aguas.
Aunque los accidentes de este tipo se cuentan de a miles y en todas partes del planeta, tal vez una de las catástrofes ambientales más recordada sea la que intencionalmente provocó Saddam Hussein en enero de 1991, cuando arrojó al golfo Pérsico más de un millón de toneladas de crudo de los pozos de Kuwait para dificultar el desembarco aliado. La mancha de petróleo se extendió alrededor de 3.200 kilómetros cuadrados provocando enormes daños ecológicos.

Fuente: observadorglobal.com

Artículo Anterior Artículo Siguiente