Por Paulo Kablan
La principal hipótesis apunta a una maniobra planeada hasta el último detalle para ocultar el cuerpo. Sospechas por llamadas entre celulares de la hermanade Lagostena y del hijo de ella en la madrugada en que desapareció la vÃctima
Faltaban pocos minutos para las cinco de la madrugada y, presuntamente, el cuerpo golpeado de
Erica Soriano (30) habÃa quedado tendido en el piso del living de la casa de Lanús en la que habÃa vivido los últimos meses con Daniel Lagostena (51). A partir de ese momento, habrÃa comenzado
una maniobra para ocultar el cuerpo de la mujer embarazada.
Esa es la principal hipótesis de los investigadores del crimen de Soriano, ocurrido entre la noche del 20 y la madrugada del 21 de agosto de 2010. La maniobra de ocultamiento pudo haber sido planeada hasta el mÃnimo detalle, por lo que hasta hoy el cadáver no ha sido encontrado.
Pero la supuesta maniobra, si bien aún no ha sido esclarecida, dejó algunas huellas que tanto la PolicÃa como el fiscal Gerardo Loureyro y el juez Gabriel Vitale hallaron al analizar los 70 cuerpos del expediente. Por eso, determinar los posibles encubrimientos, será el segundo paso de la investigación.
Mientras tanto, Daniel Lagostena continúa detenido, acusado de homicidio y aborto. La defensa de la ex pareja de Erica, y padre del bebé que llevaba la vÃctima en su vientre, espera la resolución del juez Vitale. Concretamente, pidió la excarcelación luego de negarse a declarar ante el fiscal. En la indagatoria, sólo dijo: “estoy a disposición de la Justicia y voy a colaborar en todo lo que sea necesario, pero no tengo nada para decir”.
Los familiares de Daniel que han sido señalados en el expediente serÃan su hermana Viviana y el hijo de ella, Brian Poublan. Al menos asà lo señaló en la resolución el juez Vitale, al momento de ordenar la captura de Lagostena.
La sospecha no es sólo una presunción caprichosa. Sino que surgió de una pericia clave que se hizo en los meses posteriores a la desaparición de Erica. Es asÃ: Viviana tenÃa tres teléfonos celulares a su nombre, aunque se probó luego de un allanamiento que uno lo usaba ella, otro su hijo Brian y el tercero un familiar directo. Esos teléfonos fueron utilizados, en forma atÃpica, en la madrugada de la desaparición de Erica Soriano.
Entre las 5 y las 5.53 del 21 de agosto de 2010, el teléfono que tenÃa Brian llamó seis veces al celular de su madre. Una de esas comunicaciones duró varios minutos. Lo más llamativo es que
nunca antes, ni después de esa madrugada , hubo tantos contactos entre esos teléfonos a esa hora. Justo esa mañana, la del dÃa del crimen. Para ser sólo una coincidencia, resultó demasiado sospechoso, analizaron los investigadores.
Pero hay más. Mientras el teléfono de la mujer estuvo siempre en Lanús, madrudonde vive tanto ella como su hermano Daniel, el de Brian tuvo un movimiento más que sospechoso. En los 53 minutos, quien tenÃa en su poder el mencionado celular, salió de Lanús, ingresó a la Capital Federal, tomó por el centro de Buenos Aires y se dirigió a la Costanera, para luego regresar al
punto de partida.
La presunción de los investigadores, según lo dejaron plasmado en la detención de Lagostena, entre las 5 y las 5.53 se pudo haber realizado la maniobra, hasta el momento no esclarecida, para ocultar el cadáver de Erica. Cabe recordar que en los primeros meses de búsqueda se hicieron rastrillajes en el Riachuelo, en el RÃo de la Plata y en la Reserva Ecológica, entre otros lugares. Ninguno de esos operativos, de los que participaron la PolicÃa Bonaerense, la Federal, GendarmerÃa y Prefectura, lograron algún resultado.
Ahora bien, ¿quién usó esa noche esos teléfonos? ¿Fue Viviana o la mujer ni siquiera se enteró? Con respecto al teléfono de Lagostena, que también fue analizado en el sistema Vaic II de la PolicÃa Bonaerense, no se detectó movimiento esa madrugada, lo que podrÃa tener dos explicaciones posibles: Daniel estuvo siempre en su casa o dejó su celular porque sabÃa que
después lo iban a investigar por la desaparición.
Lo concreto es que el fiscal Loureyro podrÃa en los próximos dÃas imputar por encubrimiento, o partÃcipe, a algunos familiares. O bien se analizó la posibilidad de que el juez de GarantÃas envÃe copias de este tramo del expediente para que se investigue por separado, en una causa conexa.
Si bien el resultado del análisis de los teléfonos, en forma aislada, no aporta mucho, es distinto el resultado si se busca una explicación teniendo en cuenta otros indicios. Por ejemplo, el último dato fehaciente que se tiene de Erica con vida fue una comunicación entre ella y una amiga poco antes de las 22 del viernes 20 de agosto, cuando regresó a su casa con Lagostena tras hacerse un control médico por su embarazo. Y nadie la vio salir de la vivienda, salvo los dichos de Daniel,
quien aseguró que su mujer se marchó enojada tras una discusión. A esa hora, en el pasaje poco transitado en el que vivÃa, habÃa varios vecinos y albañiles trabajando, pero nadie escuchó ni observó nada.
Además, los investigadores pudieron determinar que, pese a que ese dÃa hizo un calor atÃpico para esa época (29 grados), el hogar a leña estuvo varias horas encendido y, entre otras cosas, se quemó ropa. Los peritos encontraron un pequeño trozo quemado de un bretel de corpiño.
También hallaron en el piso una muy pequeña gota de sangre de mujer, pero no se pudo extraer, por su poca cantidad y porque habÃa sido varias veces lavado, el ADN de esa macha hemática.
Si bien todavÃa falta un largo camino por recorrer, el expediente Erica, que ya tiene 14.000 fojas, parece haberse encaminado al esclarecimiento.