Candela Núñez tenía 20 años y murió el miércoles pasado en circunstancias dudosas, en la casa de su pareja, en la manzana 11, en el barrio Los Ceibos. Estaba en una relación hace siete años, tenían un hijo de dos, Owen. Él la había golpeado muchas veces. La que cuenta la historia, en diálogo con La Unión de Lanús, es Celeste, una amiga de la víctima.
-Él siempre le pegó, la insultó, la maltrató, le rompió los celulares, le rompía la ropa, le arrancaba los cordones o le cortaba la lengua a las zapatillas. Él le pegaba y después ella siempre volvía a lo de su mamá. Él le decía que yo te amo, que yo voy a cambiar, que todo va a mejorar, que vos tenés que pensar en Owen, que es por el bien de él si vos volvés a casa. Y ella volvía. En el último tiempo, ella se había separado definitivamente y no quería volver. El padre de él le decía que R está mal, que él ahora está por el buen camino pero si vos no volvés se va a meter en la droga, que va a salir a robar y si él hace algo va a ser tu culpa. Ella se fue a vivir a Ezeiza, a la casa de la tía, y nosotros no sabíamos nada que ella había vuelto con él. Volvió a vivir en Los Ceibos y el miércoles pasado la encontraron ahorcada. Los vecinos dicen que tuvieron una discusión y él la dejó encerrada y se fue con el nene. Ella pedía ayuda y de un momento a otro no se escuchó más su voz. Cuando entran a la casa de ella, estaba colgada con las zapatillas al revés -la izquierda en el pie derecho; la derecha en el pie izquierdo- y con las manos entre la soga. Tenía signos de moretones porque él le había pegado ese mismo día. Hasta ahora la Justicia no hizo nada. Él desapareció de su barrio. Nosotros empezamos a hacer marchas. El subcomisario nos pide que no hagamos más marchas. Ella hizo cinco denuncias por violencia de género contra él.
El martes 17 de agosto, a las 7 de la mañana, familiares y amigos de Candela se encontraron en la plaza de Berón de Astrada y Suipacha para hacer una marcha exigiendo Justicia. Nadie, absolutamente nadie, en el entorno de Candela, cree que la joven se haya suicidado. Y no es para menos.
Fuente: La unión de Lanús