Los Violadores revivieron su leyenda en el Luna Park

Pil, Stuka, Zelazek y Gramática volvieron a tocar juntos después de 27 años y brindaron un show a la altura de su historia

Los Violadores revivieron su leyenda en el Luna Park

Fotos: Laura Tenenbaum/Diario Popular

 

La expectativa era mucha y se notó desde el primer momento que llegamos al mítico Luna Park, a eso de las nueve menos cuarto de la noche del domingo pasado: el estadio estaba repleto, la gente seguía llegando y el clima, sin dudas, era de fiesta. Ni hablar cuando se apagaron las luces. Y, menos que menos, cuando los cuatro fantásticos del punk argentino pisaron el escenario.
Todo arrancó como tenía que ser. Primero, con una intro de piano entre épica y emotiva. Y, después, con el tema ideal para este regreso: "Como la Primera Vez". Y si bien lejos están de aparentar los años mozos con los que debutaron en el rock allá por el lejano 1980, verlos juntos de nuevo tras 27 años generó en muchos de nosotros la sensación de que nunca se hubieran separado, de que, en realidad, se tomaron un (muy largo, es cierto) descanso. Es que la química entre Pil Trafa, Stuka, el Polaco Zelazek y Sergio Gramática fue, es y será notable, y, con todo respeto hacia el resto de los músicos que formaron parte de la banda en su trayectoria, por algo encarnan la formación favorita y fundamental para todos sus seguidores.
"Rompan todo", gritó Stuka, el alma (y el más talentoso, hay que decirlo) del cuarteto, antes del mencionado himno de "Y Ahora Qué Pasa, Eh?", el disco que este año cumple 30 y que fue la excusa de esta esperada reunión. Himno que fue el primero en sonar del mencionado álbum (del cual tocaron todos los temas) y el primero de una lista totalmente compuesta por clásicos de sus cuatro primeras placas, junto a un par de sorpresas. La más destacada entre ellas fue, sin duda, la aparición en escena del recordado personaje de la escena rockera de los ochenta conocido comoGeniol, en dos oportunidades. La primera, interpretando a un danzante indígena para un medley conformado por "Beat Africano" (gema del disco "Fuera de Sektor") y "La Rubia Tarada", para el cual cantó su clásica participación del hit grabado por Sumo ("Un pseudo punkito, con el acento finito...", y ya saben cómo sigue). Y la segunda, encarnando a un imponente "hombre cabeza de ojo" para otro tema de la legendaria banda liderada por Luca Prodan, compañera de camada de los Viola: "El Ojo Blindado".

En cuanto a las canciones, es difícil decir cuáles fueron las más importantes de la noche, teniendo en cuenta que todas fueron una más clásica que la otra. Pero sí podemos recordar que lo más festejados fueron "Violadores de la Ley", "Comunicado No. 166", "Bombas a Londres", "Quiero er Yo, Quiero Ser Libre", "Más Allá del Bien y del Mal", "Espera y Verás" y, por supuesto, los máximos hits de la historia de la primera banda punk argentina: "Represión" (la cual, según Pil, decidieron no ensayar a propósito) y "Uno, Dos, Ultraviolento". De todas formas, la lista fue realmente imbatible y cada uno habrá gozado con sus preferidos personales.
Ahora bien, ¿hubo alguna falencia en lo fue un recital verdaderamente histórico? Claro que sí: algunos pifies, algunas entradas tarde de Pil, algunas dudas, algunas desprolijidades en la performance general, propias de una banda que no toca hace más de un cuarto de siglo. Pero, si no hubiera algunas fallas, ¡esto no sería punk rock!
De todas formas, cualquier error sucedido fue totalmente tapado por la arrolladora energía y entusiasmo de los cuatro: se notaba a las leguas que la estaban pasando como hacía mucho no lo hacían en un show. Gramática y Zelazek sostuvieron el edificio como siempre. Pil hizo aparecer al Pil de antaño, tanto en el aspecto vocal como en su despliegue escénico. Y Stuka, simplemente, la rompió, y volvió a demostrar por qué es el mejor guitarrista punk argentino de todos los tiempos (junto, quizás, al fallecido Gamexane de Todos Tus Muertos) y por qué, sin él, Los Violadores no pueden ser Los Violadores con todas las letras.

"No nos esperábamos esto, muchas gracias", repitieron varias veces hacia el final, visiblemente emocionados. Y el público, en su cabeza, también lo hizo. Quien diría que, tanto tiempo después, íbamos a poder ver a los verdaderos Violadores como aquella primera vez. Por eso dejamos el Luna al grito de "vamos a volver". Y, por eso, nos preguntamos: ¿y ahora qué pasa, eh?

Por Camilo de Cabo

Fuente: Diario Popular

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