Bajo la lupa: Todos aplazados.

derrota boca

Autor: Martín Caruso

Sinceramente, no sabemos cómo empezar esta nota. Desconsuelo, bronca, tristeza, resignación son algunas de las sensaciones que sobrevuelan este ambiente de saber que todo está perdido. También impotencia. Pero no impotencia como la de los jugadores que pegaban sin ton ni son al jugador de Boca más cercano. No. Hablamos de impotencia de no poder hacer nada ni poder aportar desde el lugar qué toca ocupar. Por algo somos hinchas. Quedamos a la deriva de la gracia del jugador. De cómo se levante. De cómo le pegue a la pelotita…

Escribir esta columna como lo hacemos en cada partido que juega Lanús, después del bochorno de hoy no tiene sentido. Sería redundante. ¿A quién vamos a calificar? ¿A Ibáñez y su poca resistencia ante el gol de Tévez? ¿Al Pipi Araujo? ¿Que queda pagando ante cada desborde rival y pega codazos sin sentidos? ¿A Gómez, que fue a marcar como un padre a un hijo que recién aprende a pegarle a la pelota en el segundo gol a Tévez y en el segundo tiempo, lo ajusticio por la fractura que le provocó a Ham? ¿A Braghieri, qué cometió un penal tan torpe como Mr. Bean? ¿A Velázquez, qué sigue generando infracciones innecesarias y a destiempo? ¿AlParagua Ayala qué estuvo más preocupado por quedarse con la camiseta de Tévez antes que la clasificación a la final? ¿Al solitario Fritzler, qué corre y marca sin ayuda y termina el partido con una roja producto de su impotencia y desazón? ¿Al lagunero Román Martínez? ¿Al Bicho Aguirre,qué tuvo participación nula, quizá incómodo por la posición que ocupó hoy en cancha? ¿Al LauchaAcosta qué no apareció ni con sus ganas y empuje de siempre? ¿Al Pampu González apichonado ante el Cata Díaz y Tobio, más dedicado a protestar? ¿A Junior? ¿Podemos agregar algo más deÓscar Benítez?

Puntuar a ciertos jugadores, quizá suene repetitivo. Como también es repetitivo el reclamo de siempre: La actitud no se negocia. Estuvieron toda la semana diciendo que se jugaban el año. Jugaron como en un solteros vs casados. Ni siquiera las palabras de Orión en la previa (“Creo que, por las individualidades que tenemos, podemos pasar sin problemas ante Lanús”) sirvieron para que salgan a buscar el pasaje a la final. Jugadores y cuerpo técnico no pueden quejarse.Tuvieron el apoyo y la banca más grande en la historia del club. Incluso, por encima de Ramón Cabrero. Pedir actitud y huevos, no es lo mismo que repartir patadas ni protestarle hasta al aire. Esa no es nuestra esencia. Así no nos hicimos grandes. Como desde junio de 2014 hasta la fecha, equivocamos el camino. Se sigue insistiendo en un esquema y forma de juego que ya parece obsoleta para este plantel. Se sigue insistiendo en jugadores que lo único que demuestran son sus ganas de no vestir más la gloriosa camiseta de Lanús. Camiseta que nosotros, los hinchas, damos la vida por defender aunque sea cinco segundos. Nos endeudamos hasta las bolas para viajar y seguirlos a dónde vayan a jugar en tiempos donde ir a la cancha de visitante parece hasta utópico. No merecemos esto. Nos fallaron. Todos.

Al margen de que todavía resten dos partidos por torneo y los que toque jugar por la Liguilla Pre-Sudamericana, este año esta terminado. El año del Centenario resultó ser una pesadilla. Todo salió mal. Del cuatro de enero hasta hoy, 23 de octubre, nada salio bien. Será fundamental barajar y dar de nuevo. Entender que varios ciclos llegaron a su fin. Ciclos que pueden ser también una hermosa racha de diez años ininterrumpidos jugando copas internacionales. Lanús pone en riesgo este “récord” que no ostenta ningún club en el fútbol argentino en dicho período.

El Club Atlético Lanús está más allá de todos, por encima de nombres y hombres. Entender que las diferencias, el conformismo y la soberbia tienen que quedar de Arias y Guidi para la calle; que de la puerta del Polideportivo hacia dentro sólo debe quedar la unidad, el trabajo, la pasión y fundamentalmente la autocrítica. Tenemos una a favor: Estamos en la mejor etapa en la historia del club. De todos depende, cada uno desde su lugar, que el tren no se detenga y siga transitando el camino de la grandeza. Pero de algo estemos seguro: a la gloria hay que ir a buscarla, no viene sola.

Fuente: Engranado.com.ar
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