PABLO ESCOBAR, EL PATRÓN DEL FÚTBOL.

Fue el hombre con más poder en Colombia. Fútbol y narcotráfico se unieron con resultados escalofriantes.

 

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Leonel Álvarez en las puertas de la gloria. Con pierna derecha cobra para Colombia. Tirooo. Gooooooool. Colombia campeón de América. Nacional campeón de América”. Múnera Eastman, el Paisita de oro, fue el hombre que inmortalizó el relato de esa final. El Víctor Hugo cafetero. El último partido de la Copa Libertadores de 1989 enfrentó a Nacional de Medellín y a Olimpia de Paraguay. El Verde Paisa se convirtió en el primer equipo colombiano en alzar ese trofeo. El plantel contaba con Rene Higuita, Andrés Escobar y un grupo de talentosos jugadores, pero también tenían a un macabro comodín: el apoyo incondicional de Pablo Escobar Gaviria.

El Patrón tenía una pasión y un plan. Su pasión era el fútbol y su plan era conquistar la mayor cantidad de títulos posibles. A finales de la década del ’80, Escobar irrumpió en el fútbol colombiano y se puso detrás de Nacional de Medellín. A él le gustaba ver la ciudad feliz, no importaba si era Atlético o Independiente, él quería un equipo ganador. Gaviria construyó canchas de fútbol para los niños marginados de su ciudad, les dio comida y techo en una especie de “programa social” llamado “Medellín sin tugurios”. De esos potreros creados por el propio Escobar salió Leonel Álvarez, el autor del último gol en la final de la Libertadores. Ese campeón continental no era un mal equipo, pero tenía una ayuda extra: Amenazas a jugadores y árbitros.

Uno de los tocados por el violento accionar fue Juan Bava. Al referí argentino lo intentaron sobornar y lo amenazaron de muerte. Según contó en un reportaje para la Revista El Gráfico, un día antes de disputarse el partido de vuelta de semifinales de la Libertadores de 1989 ante Danubio, un grupo de hombres entró a la habitación de su hotel. “Ametralladora en mano, tiraron la puerta abajo y nos dijeron que Nacional debía ganar y agregaron: ‘La plata está. Si quieren la agarran. Pero Nacional gana o ustedes son boleta’”, explicó y también aclaró: “Ninguno de nosotros agarró un peso y no hubo necesidad de hacer nada porque Nacional ganó contundentemente 6-0 ese partido”. Los otros dos jueces eran Carlos Espósito y Abel Gnecco.

 

A mediados de noviembre, en el Atanasio Girardot, la terna arbitral tuvo una muy mala noche. En particular Álvaro Ortega tomó una serie de decisiones que perjudicaron notablemente a Independiente de Medellín y beneficiaron a América de Cali, equipo de otro capo del narcotráfico.John Jairo Velásquez, único sicario sobreviviente de Pablo Escobar que, además, se atribuye la participación en más de 3000 muertes, estaba junto a su patrón esa noche. En este caso“Popeye” explicó en el documental “Los dos Escobar” que “Ese día estaba al lado del patrón yAmérica de Cali le ganó al Medellín con la mano del árbitro. Pablo quedó muy ofendido y le ordenó a ‘Choco’ que buscara al árbitro para matarlo”. Días más tarde, a la salida de un hotel, lo interceptaron y le metieron 6 balazos. Todos en el pecho. La decisión del gobierno colombiano y de la federación fue dar por suspendido el torneo por pedido expreso de los demás árbitros.

La intromisión de Escobar no fue la primera del narcotráfico en el fútbol colombiano. De hecho, Gaviria fue uno de los últimos en involucrarse activamente en un club. Anteriormente Santa Fe, Millonarios y América de Cali eran liderados por “Capos” que estaban atraídos por la facilidad para lavar dinero narco a partir de las transferencias y sobresueldos. Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela eran los más poderosos y fueron el sostén del conjunto caleño que llegó a tres finales consecutivas de Copa Libertadores en 1985, 86 y 87.

A partir de inicio de la década del 90 y, más aún, luego de la muerte de Pablo Escobar en 1993, la influencia narco disminuyó y grandes jugadores extranjeros se fueron del país, obviamente, por la carencia de sueldos prominentes. Sin embargo, quedaron algunos coletazos de la violencia.Andrés Escobar y Albeiro Usuriaga, jugadores que formaron parte de aquel Nacional campeón del 89, fueron víctimas de aquellos malos negocios. Dos claros ejemplos de la Ley del Patrón: La gloria y la muerte, juntos en un mismo hombre.

Por @Fglamas

Fuente: http://www.rockandball.com.ar/pablo-escobar-el-patron-del-futbol/

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