En una cámara oculta que divulgó América, Julio Grondona quedó en una incómoda posición al asegurar haber recibido dinero por la concesión de los derechos televisivos, una presunta irregularidad del Grupo Clarín a la hora de retransmitir partidos y por amenazar con “matar” a Alejandro Fantino y a Juan Cruz Ávila.
El primer tema que aparece en el video es sobre la compra de los derechos televisivos de los partidos de la AFA. Según relata Eduardo de Luca, Secretario General de la Conmebol, en ese momento, el vice-presidente del Grupo Clarín, José Aranda, “vino con una valija” que contenía 2 millones de pesos (se deja a interpretación si la AFA los toma o si el propio Grondona lo hace) y consigue los derechos, primando a Canal 9 y a El Gráfico.
“No te olvides que cuando vos salís con el producto [los derechos de televisación], que lo quería comprar [Constancio] Vigil [hijo, de El Gráfico] y el señor [Alejandro] Romay [director de Canal 9], un boludo [sic], y los únicos vivos fueron estos que te trajeron la juncaleda con los dos millones. ¿Qué le íbamos a hacer? Es muy fácil hablar ahora”, relata, en tanto, Grondona.
La segunda es sobre la “compra de cable” de Clarín, haciendo alusión a lo que luego se referiría como “motos que llevaban la plata negra” a lo que serían los cableoperadores que retransmitían, gratuitamente, los encuentros.
En tercer lugar, se habla del intento de “entrar” del empresario uruguayo Fernando “Paco” Casal al negocio de la televisación de partidos de la Copa Sudamericana, ante lo cual Grondona indica que, más allá de reuniones entre José Mujica, presidente uruguayo, y Cristina Kirchner, su par argentina, no lo autorizará.
Finalmente, Grondona dice: ”Yo no me puedo dejar seguir cogiendo por Fantino… No, se acabó. Ni a Juan Cruz [Ávila, productor de "El Show del Fútbol"], ni a quien quiera. Pero si los puedo matar los voy a matar”.
Se desconoce el año y mes de estas grabaciones. Vale, también, mencionar que fueron editadas por un canal perteneciente al grupo de Daniel Vila, un eterno aspirante al sillón de la AFA. El resto, queda a interpretación del lector.
