Blockbuster Argentina: la nueva gran estafa (Episodio 2)

de Christian Sanz

Blockbuster Argentina: la nueva gran estafa (Episodio 2)

Luego de la amplia repercusión que tuvo la investigación publicada el 19 de noviembre pasado, referida a las verdaderas razones del cierre de Blockbuster Argentina S.A. —con todos los atropellos que sus autoridades quieren llevar a cabo perjudicando principalmente a sus empleados—, Tribuna de Periodistas ha decidido ahondar en la segunda parte de los entretelones de esta verdadera película de terror

Se espera que esta vez los grandes medios se interesen por lo acaecido y dejen de culpar a la piratería por el cierre de los locales, haciéndole el juego a la quebrada empresa de venta y alquiler de películas.

Sería menester que, en lugar de ello, se animaran a preguntar a las instituciones que deben defender a los trabajadores y, por qué no, a las autoridades norteamericanas que monitorean el desempeño de los directivos de Blockbuster Inc (USA) respecto a su ingreso en el Capítulo 11, suerte de concurso preventivo para ordenar las finanzas de la empresa en pos de su continuidad.

En fin, qué mejor que sacar un nuevo abono y disfrutar de lo mejor —o lo peor— del catálogo Blockbuster, para intentar echar luz sobre los hechos…

Recordándote…


Tras la publicación de la nota anterior, directivos de la filial local intentaron censurar al autor de esta nota intimándolo a no mencionar sus nombres y exigiendo revelar las fuentes de información.

Un dato no menor: en ningún momento cuestionaron nada de lo puntualizado en la investigación de marras.

En homenaje a la libertad de prensa y al secreto de las fuentes de información, vale hacer acuse de recibo y resaltar algunas perlitas de los directivos locales de Blockbuster Argentina:

1) Andrés Enrique Bal: D.N.I. 14.455.843, vicepresidente de la sociedad. Este inexpresivo Contador, histórico de la empresa, por segunda vez en 45 días les dijo a sendos proveedores de seguridad que no les podía pagar pero que, si querían, que siguieran prestando servicios. Cuando volvió sobre sus pasos y les abonó a los prestadores, adujo que estos lo habían amenazado de muerte. En la segunda ocasión, canceló la deuda otorgando artículos de electrónica que —en lo formal— eran de los pocos bienes que Blockbuster Argentina tenía para liquidar e intentar utilizar para cancelar las indemnizaciones de sus empleados. Algunos sostienen haberlo visto temblar por lo menos 440.000 veces.

2) Pablo Ramiro Verasaluse: D.N.I. 22.637.389, salteño de alta estatura (física), protagonista central de la mítica única reunión entre directivos y empleados donde postuló la idea de hacer una cooperativa de una manera tan vaga que terminó huyendo de la cita. Entre innumerables anécdotas, en agosto pasado les aseguró a sus compañeros del local de Salta que él les garantizaba su indemnización. Menos de dos meses más tarde les dijo que no les pagarían lo trabajado y que se busquen otro empleo. Capaz de repetir un mínimo de 485.000 veces que debido a esta situación debería vender su auto o cambiar a sus hijos de colegio. Su cargo en la sociedad es Director titular.

3) Gastón Esteban Baga: D.N.I 22.226.813, rudo defensor que juega al fútbol en la Liga Country Sur. El más indignado por su súbita fama mediática, puede negar por lo menos 350.000 veces que él y los otros directivos serán indemnizados, afirmando que también han sido abandonados por la central norteamericana. Es el Director suplente de la sociedad.

4) Sergio Norberto Szlapak: D.N.I, 18.416.457, el 10 y el 17 de diciembre a las 8.30 tomará exámen en la Escuela Argentina de Negocios de Martínez sobre “Remuneraciones y Beneficios”. Para la primera fecha ya se cumpliría más de un mes de no pago a la mayoría de los empleados de Blockbuster. A la luz de esto, sus educandos tienen por lo menos 203.000 excusas para exigir ser aprobados, y que la teoría universitaria se corresponda con la práctica profesional.

Más adelante entenderemos que, con un buen asesor, el mínimo de temblores, repeticiones, negaciones y excusas pueden aumentar exponencialmente.

El origen


En el marco de esta historia, hay que destacar la figura de Carl Icahn, el nuevo hombre fuerte de Blockbuster USA. Dueño de casi el 99 % de las acciones de Blockbuster Argentina, este millonario apareció en la vida de la empresa cerca de 2003, comprando papeles paulatinamente hasta alcanzar una posición de poder en el Directorio e imponer condiciones.

Con una fortuna estimada en unos 14 mil millones de dólares, Icahn es conocido en el ambiente de los negocios con el término de “depredador corporativo” a través de una fórmula siempre común: la compra paulatina de acciones o deuda de una empresa; luego, cambio de ejecutivos por delegados suyos; y más tarde, control del Directorio. En el ínterin, despidos de empleados para culminar negociando la compañía o liquidándola. Así lo hizo o intentó con Time Warner, Motorola, Yahoo, Metro Goldwyn Mayer y otras.

Paralelo al crecimiento de la influencia de Icahn, Blockbuster USA agigantaba exponencialmente su deuda y su subsidiaria argentina requería del auxilio de su casa matriz con más frecuencia.

Siendo desde hace años personaje central en el directorio de Blockbuster USA, sorprendió en enero del 2010 renunciando al mismo, y vendiendo gran cantidad de acciones dos meses después. Pero mayor fue la sorpresa cuando la compañía formalizó el 22 de setiembre su ingreso en el Capítulo 11: adicionalmente se conocía la noticia que en los últimos tiempos Icahn había comprado gran cantidad de deuda de la empresa, por la cual Blockbuster pidió su reestructuración.

Con Icahn en posición de fuerza, la empresa pasó de deber casi U$S 1.000 millones a sólo adeudar U$S 100 millones, logrando un nuevo crédito en efectivo de U$S 125 millones para reorganizarse.

Ropa limpia, negocios sucios


Tras la comunicación de Blockbuster USA anunciando el 22 de setiembre el fin del financiamiento a su filial argentina, la directiva local quedó paralizada. Al día siguiente, desde el Norte informaban que el estudio de abogados que históricamente manejó los temas legales en el país continuaba en sus funciones pero sólo a la orden de la matriz norteamericana. Las autoridades locales entraron en pánico.

Días después, las noticias enrarecían. Los directivos eran invitados a asumir mayores responsabilidades societarias tras comunicarles que con fecha 23 de setiembre el presidente de la sociedad, el estadounidense Thomas Kurrikoff, había presentado su renuncia al cargo. Renuncia que el directorio local debía aprobar.

Para esos días, las autoridades locales informaban a los empleados que la filial argentina había recibido de su matriz desde 2007 la friolera de aproximadamente U$S 11 millones para sostener la operatoria local. La noticia no cerraba para nadie: un ejercicio anual frecuente de la compañía consistía en cotizar cuánto saldría levantar sus operaciones en la Argentina, y el monto se aproximaba a los U$S 3, 5 millones.

Pasado en limpio, en los últimos años que la empresa trabajó a pérdida, su casa matriz decidió perder todos los años una cifra similar a la que podría haber aplicado para cerrar su operatoria sin problemas. Adicionalmente, en el período citado la empresa cerró más de 40 locales.

Pero, ¿quién es el misterioso presidente de la sociedad local Thomas Kurrikoff? Este ignoto personaje para los empleados argentinos es Vicepresidente Senior de Blockbuster USA desde el 2003, el número 2 mundial financiero de la empresa, a cargo de la planificación financiera y de las operaciones internacionales. Una posible interpretación sería: yo me pido fondos a la sociedad que presido, yo me los otorgo y vaya a saber qué envío a esa sociedad que presido en un extraño país.

¿Cómo puede una persona no alarmarse sobre la inviabilidad de una empresa que necesita anualmente una financiación externa similar a la equivalente para cerrar sus operaciones? Quizás ciertos temas se soslayen cuando alguien está enfocado en renegociar alquileres o determinar cierres a discreción, u ocupado tratando con los mismos generosos proveedores de siempre, o decidiendo unilateralmente con quién concilio y por cuáles montos, o sólo tiene la libertad de trabajar sin ser controlado ni molestado.

Los milagros que consigue un decimal adicional en un recibo de sueldo quedaron desnudos tiempo después. Las presiones para aceptar la renuncia del citado Kurrikoff y aprobar su gestión se aceleraron sobre los directores locales, entendiendo por primera vez en años la importancia de los cargos que históricos empleados surgidos de abajo habían aceptado a la par que la empresa se achicaba.

Al pánico siguió la depresión: la intención era renunciar al Directorio, pero era demasiado tarde. Aunque encontrar un buen abogado puede lograr que cualquier Lázaro resucite.

De mendigos a millonarios


Cuando un abogado litiga contra colegas muy conocidos, se asemeja a una partida de Poker con las cartas dadas vueltas: ambas partes se conocen, por lo que la única diferencia la puede hacer el azar.

El asesoramiento indicado logró que de estar a punto de resignar sus puestos en la sociedad (pero no como empleados, nadie come vidrio) les abrieran los ojos: en la medida que sus firmas no aprobaran la renuncia y gestión de Kurrikoff, sus ascensos propuestos o cualquiera de la catarata de cosas (incluyendo el pedido de concurso preventivo o quiebra local) que les sugerían desde Blockbuster USA pasaban a estar en una posición de fuerza para negociar.

No conforme con lograr una indemnización plena podrían pedir garantías de pago de sus sueldos comunes, un premio por asistir a la compañía en su reestructuración o quiebra local e indemnidad garantizada por la casa matriz para el futuro. Y hasta solicitar una actualización salarial por ser empleados fuera de convenio.

Un elemento para negociar adicional a no aceptar la renuncia de Kurrikoff sería presentar la renuncia a sus cargos en el Directorio, aclarando que desaprobaban la gestión del estadounidense. El pánico, milagrosamente, se transladó de bando. Aquí podría encontrarse la respuesta al tan dilatado pedido de quiebra de la filial argentina, como por qué sus directivos —a su pesar— siguen concurriendo con temores a sus oficinas esperando la resolución de esta negociación.

Será Justicia (recargado)


Vale renovar los interrogantes de esta hecatombe con final abierto.

-¿Por qué los asesores locales de Blockbuster USA, si sólo son asesores, estarían exigiendo ser protegidos por una póliza de seguro? ¿Existen los especialistas en fraude?

-Dedicado a la SEC de USA, que vigila todo lo relativo a la gestión de Blockbuster respecto al Capítulo 11, ¿s Carl Icahn un pichón de Bernie Madoff? ¿Madoff fue la excepción a la regla, o la regla es ser como Madoff?

-¿Vigila correctamente la SEC el flujo de fondos de las empresas con sus subsidiarias, protegiendo a todos sus accionistas? ¿Y el juez Burton Lifland, a cargo del Capítulo 11 en USA?

-¿Puede interesarse el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en chequear el correcto flujo de fondos?

-Ateniéndose a lo declarado por Blockbuster USA respecto a no financiar más a su sede argentina, ¿de dónde saldría dinero para eventuales arreglos con algunos pocos empleados?

-¿Qué pueden esperar a futuro los empleados de Blockbuster Uruguay, USA, México, Dinamarca, Gran Bretaña y Canadá ante la experiencia argentina?

-¿Es real que el local ubicado en el centro comercial Santa Bárbara le interesaría a título personal al señor Pablo Verasaluse?

-¿Puede ser tan caradura un directivo de la Unión Argentina de Video de reclamar por la situación de Blockbuster, siendo familiar del proveedor más antiguo y cordial con la Gerencia Comercial de toda la historia de Blockbuster Argentina?

-¿Pueden seguir invocando el nombre de los empleados las editoras de películas después de haber protagonizado la marcha-papelón del 30 de setiembre pasado al Ministerio de Trabajo, disfrazando el interés de la desgravación impositiva del sector con la defensa de las fuentes de trabajo vía estatización o cooperativa?

-¿Puede individualizar el secretario de la Unión de Trabajadores de Sociedades y Autores Osvaldo Moreno qué empleados le solicitaron a su desconocido sindicato la defensa de sus intereses? ¿Tan involucrado está con sus “afiliados” para declarar el pasado 4 de noviembre que no conocía que Blockbuster hubiera despedido o cerrado locales, cuando a esa altura ya habían cerrado más de 10 tiendas? ¿Existen los sindicalistas a “control remoto” empresarial?

-¿La CGT representa el interés de todos los trabajadores argentinos, o de quienes le da la gana? ¿Armando Cavalieri está tomando sol en Parque Norte?

-El famoso Crédito Fiscal de $ 12 millones que tendría la empresa en la Argentina, ¿sigue existiendo? ¿Es verdad que dichos créditos pueden venderse?

-Se vuelve a reiterar: ¿puede simplemente el Gobierno nacional autorizar su uso para regularizar la situación de los trabajadores?

-¿Es casual que en las mejores locaciones donde había un Blockbuster se hayan instalado tantos Farmacity? ¿Es verdad que ciertas inmobiliarias agradecen efusivamente ser avisadas de estas oportunidades?

-¿Por qué sostienen los directivos locales que al 1º de septiembre no habían incurrido en ningún incumplimiento cuando por lo menos los locales de Rosario, Salta y Merlo debían impuestos municipales, llegando en el caso de este último a su clausura por falta de pago de tasas? ¿Y el período 2003-2006 que “olvidaron” pagar el aporte como seguro de retiro de los empleados de Comercio qué fue, un olvido o un incumplimiento?

-¿Pueden seriamente las editoras de películas invocar que trabajaban en consignación cuando en alguna de ellas abundan los ex empleados de Blockbuster Argentina? Realmente ellas pidieron su mercadería o fueron invitadas a hacerlo por Blockbuster?

-¿Querrán aportar algo los ex directivos mexicanos de la firma Ricardo Vega Uriarte y Abelardo Conde Mena? ¿Y el azteca encargado de Operaciones para Latino América Edward Argüelles sobre lo que recuerde de sus actividades no nocturnas la única vez que vino a Buenos Aires? ¿Sumarían los testimonios de los ex directores argentinos Claudio Bernaudo y Tomás Marchand, este último con un cargo relevante en la empresa AVH y cuñado de Pablo Verasaluse?

Concluyendo

Blockbuster ha iniciado una sutil tarea a efectos de dividir a los ex empleados de su firma. Lo hace sobre la base de separar a “sobrevivientes” —quienes cobraron el sueldo— y “defeccionados” —quienes no—, logrando que las marchas tengan poca afluencia de empleados y que estos crucen acusaciones entre sí.

Pierden de vista estos que, si bien puede haber gente que tenga algún muerto en el placard, otros responsables locales bien identificados y foráneos tienen una morguera cada uno sólo en el bolsillo de sus pantalones.

Jack Sparrow —protagonista de “Piratas del Caribe”— bien podría decir emocionado: “La piratería no se mancha”…

Christian Sanz

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