El derrame de petróleo en el Golfo de México aún no se puede detener, luego del fracaso de la operación “Top Kill” que intentaba sellar la fuga de crudo.
Doug Suttles, director de operaciones de la compañía petrolera British Petroleum (BP), confirmó el fracaso de la maniobra.
La operación consistió en el bombeado de 35.000 barriles de fango en el pozo dañado, pero luego de llegar a esa cantidad, los trabajos fueron suspendidos, porque la filtración no se detuvo.
“Estamos desilusionados por este anuncio”, dijo la contralmirante de la Guardia Costera, Mary Landry, en una conferencia de prensa en Robert, Louisiana.
BP ahora intentará otro método para sellar la fuga, que consiste en resecar el tubo dañado a la altura de la superválvula y luego “encapucharla”.
Después, este “capuchón” será ligado a un nuevo tubo y mediante este tubo aspirar el grueso de petróleo y del gas hacia la nave de apoyo en la superficie. Este nuevo método podría tomar cuatro días o quizás más, aclaró Suttles