Nacionales Primer fallo en contra de la Iglesia por un cura pedófilo.

Un sacerdote, que después murió de sida, abusó del chico en 2002, cuando tenía 14 años.

  • Imagen. Gabriel Ferrini tiene hoy 25 años.

     

El Obispado de Quilmes deberá indemnizar en una cifra equivalente a unos 30 mil dólares, a un joven que fue víctima de abuso sexual en 2002 por un sacerdote que luego falleció de sida.
El fallo fue dictado el 9 de abril por un tribunal de segunda instancia de Quilmes (Buenos Aires), pero se conoció ayer en coincidencia con la recomendación del Papa Francisco de "actuar con determinación" y brindar asistencia a los que fueron victimizados por actos de pedofilia, dada la cantidad de casos en el mundo protagonizados por curas pederastas.
"Es histórico, la institución nunca antes tuvo que pagar una condena por estos actos. Me da tranquilidad y mucho consuelo y me alegra que pueda servir para que otras víctimas sepan que la Iglesia no se va a poder manejar con la misma impunidad", dijo el damnificado, Gabriel Ferrini, hoy de 25 años, a un matutino porteño.
El hecho ocurrió el 15 de agosto de 2002 y fue llevado a cabo por el sacerdote Rubén Pardo de unos 50 años quien falleció de sida el 10 de junio de 2005.
La demandante es Beatriz Varela, quien presentó la denuncia en nombre de su hijo, pero la causa penal cayó con la muerte del cura, sin embargo el caso siguió en el fuero civil.
Un fallo de primera instancia fue ratificado por la Cámara correspondiente al rechazar los recursos de apelación presentados por el Obispado de Quilmes, que fue condenado a pagar un total de 155.600 pesos (29.900 dólares) más intereses por 10 años.
El monto está integrado de una indemnización por daño moral a la víctima de 120.000 pesos (23.000 dólares) y de 20.000 pesos (3.840 dólares) a su madre, además de 7.800 pesos (1.500 dólares) a cada uno por "incapacidad psicológica".
"Se logró que el Obispado de Quilmes responda por los daños producidos por uno de sus dependientes", dijo el abogado querellante Mauro Pigliuca en declaraciones televisivas.
Ferrini, huérfano de padre desde los dos años, tenía 14 cuando fue abusado por Pardo y había sido acercado al cura por su madre que buscaba una imagen masculina para su hijo.
En Argentina, cuatro sacerdotes católicos fueron condenados desde 2002 por abuso sexual de menores, con penas de ocho a 24 años de prisión, mientras que dos obispos renunciaron al verse envueltos en escándalos sexuales.

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