“Pedían 20 años de prisión para ellos y hablaban de sacar un disco”

LA EX ABOGADA DE CALLEJEROS Y UNA CRUDA DESCRIPCIÓN DE LA BANDA.

Publicado el 23 de Abril de 2011

Por Florencia Halfon-Laksman


Analía Fangano defendió a la banda imputada por la tragedia de Cromañón. Luego renunció para defender al guitarrista Maximiliano Djerfy. “Maxi está diciendo cosas que no dijo en el juicio y se autoincrimina”, opinó.

Cuando Callejeros puso en el escenario una réplica del Palacio de Justicia supe que no había retorno”, así resume Analía Fangano, ex abogada de la banda, por qué decidió dejar de defender a los músicos, apenas sacaron su disco después de la tragedia en el boliche Cromañón, en la que murieron 193 personas.
Fangano tiene 35 años, aunque asegura que “el juicio dejó a todos con muchísimos años más”. Durante el proceso judicial, además de defender a Callejeros, la joven abogada conoció a todos los involucrados: tuvo charlas con Omar Chabán, gerenciador del boliche, y con Raúl Villarreal, mano derecha del empresario; debatió con los otros abogados; y también se acercó a los familiares de las víctimas, a quienes les regaló un cuadro que pintó durante el juicio. “Esos padres hablan desde un lugar positivo”, subraya en una charla con Tiempo Argentino, después de que el miércoles la Cámara de Casación Penal condenara a Callejeros por el incendio del 30 de diciembre de 2004 y atenuara la responsabilidad de Chabán.
–¿Cómo llegó a defender a Callejeros?
–En 2007 se habían peleado con su abogado y necesitaban un penalista. Por conocidos en común, me contactó Juan Alberto Carbone, el saxofonista, de quien sólo sabía que era músico. No sabía por qué me llamaba. Me encontré con siete músicos, acusados de matar a casi 200 personas, y tenían que declarar tres días después. Me contaron un poco y enseguida tuve claro que ellos no tenían la misma responsabilidad que el manager, Diego Argañaraz, que no estaba ahí. Pero el cantante, Patricio Fontanet, decía que todos hacían todo.
–¿Cuál fue su sensación en ese encuentro?
–Cuando los conocí eran una manga de locos, absolutamente desencajados, y la mayoría no tenía ni idea de qué estábamos hablando. Yo les explicaba que les pedían 20 años de prisión y ellos hablaban de sacar un disco.
–A pesar de eso, empezó su tarea de defensora. ¿Cuándo decidió dejarla?
–El primer problema fue cuando se hizo la inspección ocular en el boliche. Yo entré a Cromañón y vi que esa puerta, de la que tanto se habla, estaba cerrada. Y pensaba cómo entró ahí esa cantidad de gente y cómo no lo advirtieron. Les pedí que modificaran la actitud: que dejaran de tocar, se abocaran a la causa, abandonaran esa postura soberbia y fueran moderados. Lo único que se podía hacer era que declararan para mostrar que nadie fue a Cromañón a matar. Les dije que iban a tener que defenderse de manera individual y no estuvieron de acuerdo. Me terminé de pelear cuando sacaron el disco y en el escenario hicieron una réplica del Palacio de Justicia. Para mí fue terrible. Además, instaban al público a que fuera a Tribunales. Por eso les pedí que me revocaran, pero ahora está todo bien con ellos.
–¿Cuál fue la reacción?
–El que más me discutía era Eduardo Vázquez (el baterista de la banda, hoy en prisión por el crimen de su esposa Wanda Taddei, que murió tras haber sido quemada). Tuvimos muchas peleas personales delante de los jueces. Se veía mucha hostilidad, mucha violencia verbal. Ahí cambiaron de abogado todos, menos el guitarrista, Maximiliano Djerfy, que me dijo que él sí quería ir al juicio y dejar de tocar. Lo echaron de la banda y me quedé con su defensa. 
–¿Cómo la enfocó?
–En mi alegato expliqué que el mánager tiene una función muy distinta al resto y que, dentro de la banda, la voz define. Conté cómo lo echaron a Maximiliano y siguieron tocando con el mismo nombre, lo que demuestra que él no tenía injerencia para evitar que Callejeros tocara la noche de la tragedia. El tribunal hizo esa distinción, pero la Cámara no. Lo que me genera hoy escucharlo a Maxi es que lo que él dice quedó probado, y por eso habrá una diferencia en las penas, pero en el juicio no quiso decirlo con la claridad que hoy lo denuncia por los medios. Con estas nuevas declaraciones se autoincrimina porque está reconociendo que sabía de un acuerdo entre Fontanet y Argañaraz.
–¿Y por qué dejó la defensa de Djerfy?
–Renuncié cuatro días antes de que saliera el veredicto porque los familiares de Callejeros y sus fans me insultaban, me tiraban cosas, se manejaban como barrabravas. Consideré que era meterme en la boca del lobo.
–¿Cómo se acercó a los padres de las víctimas?
–Empecé a hablar con una de ellas, Cristina Bernasconi, que es un ser de paz. Lo tuvo a Chabán con un vidrio de por medio y jamás lo miró mal. Con el resto de los padres había una actitud hostil al principio, pero después nos conocimos mejor. Creo en lo que hacen. Organizan jornadas para decirles a los jóvenes que tienen derecho a divertirse, tomarse una cervecita y volver con vida a sus casas. Les están contando lo que pasó para lo que no les pase.
–¿Por qué les regaló un cuadro?
–Lo pinté durante el juicio y se lo regalé a Cristina, que lo puso en una muestra de la Legislatura. Refleja una luz especial, intenta representar lo que eran los chicos fallecidos: pura luz, pura vida. En lugar de recordarlos de manera triste, me quedo con esa imagen de los que volvieron a entrar para rescatar a los que estaban atrapados. El motor fue su luz.

 

Fuente:

Artículo Anterior Artículo Siguiente